Joey Gaines a sus 32 años se le borró por completo todos sus recuerdos. Actualmente, cuenta con 55 años y le ha tocado aprender como relacionarse con la gente y con su fe en Dios.
A Joey de pequeño le diagnosticaron epilepsia infantil, crónica y paso viviendo su vida con constantes ataques epilépticos. Cuando tenía 30 años de edad había sufrido alrededor de unas 800 convulsiones y a los 32 tuvo que enfrentarse con una compleja decisión era vivir o perder la vida, ya que se sometería a una delicada cirugía cerebral para curarse de la epilepsia el riesgo de dicha operación era perder la memoria o pasar a mejor vida.
Desde el año 1999, Gaines no ha vuelto a tener más convulsiones, sin embargo, perdió la memoria. Antes de la cirugía, él era un cristiano devoto que tenía una comunión continua con el Señor.
Luego de la extirpación parcial del cerebro, Joey se vio en la necesidad de aprender no solo las cosas diarias, sino a embarcarse en su nuevo viaje de fe. “Hoy por hoy sé que Cristo es Dios hecho carne, pero fue un proceso nuevo el poder entender que Dios es mi único y suficiente Salvador”, indico Gaines a Christian Post.
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Luego de la cirugía 2 meses después Joey tuvo un encuentro personal con Jesucristo, esta experiencia acaparo su atención sobre el Señor otra vez. “Una mañana me fui a caminar por la calle, el día estaba soleado a la mitad de la calle, mi cuerpo se detuvo y de un momento a otro sin mi control giro a la derecha. No tenía idea de lo que estaba pasando. De repente vi una figura brillante con las manos cubriéndome la cara, dicha imagen se quedó allí por un rato mientras la miraba estupefacto. Posteriormente, desapareció y corrí rápidamente a la casa, fui a la computadora y empece a buscar que significaba ver una figura brillante con el rostro cubierto?”, expreso Gaines.
En medio de su investigación, Joey descubrió información sobre el Señor y siguió buscando más sobre el cristianismo. Ese día definitivamente vi a Jesús. En los siguientes años él preguntaba sobre Cristo a sus amigos y familiares, pasando horas estudiando la Biblia para “enamorarse nuevamente de su primer y gran amor”.
Gaines empezó a servir en la Iglesia Bautista Rutledge Falls en el Condado de Coffe. Para el 2012 se había casado con Linda, que se inspiró en su impactante testimonio. “Cuando lo conocí hablaba lento y mecánico, ya que en ese entonces había sido operado. La verdad es que no estaba buscando a nadie, es como si me hubiera caído del cielo”, manifestó Linda Gaines.
Después de 20 años de haberse realizado la cirugía, Joey está inmensamente agradecido con Dios en este fantástico viaje. Hoy no estaría aquí si no fuera por Dios, Él es mi Señor y Salvador, mi roca fuerte y mi refugio.
Fuente:Guíame