A decir verdad, lo que conocemos como bautismo o llenura del Espíritu Santo se manifiesta de varias formas en una persona. La intensidad de la manifestación no es un indicador de la llenura o calidad de la misma.
Cuando Jesús entra en tu corazón como nuestro Salvador, el Espíritu Santo está con nosotros y nos empieza a guiar. Sin embargo, está dentro de ti, específicamente cuando naces de nuevo.
De hecho, en Efesios 5:18 nos dice lo siguiente: “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu Santo”. Estas manifestaciones no son hechas por la persona y tampoco deben de ser imitadas o fingidas. Su único objetivo es que creamos en Dios y esto nos lleve a cambiar nuestra vida y la demás personas.
Las Sagradas Escrituras nos recalcan que el Espíritu Santo se manifestara como él quiere. En Corintios 12:7 dice: “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho”. Esta no es una manifestación en sí la que define la llenura del Espíritu Santo, y mucho menos decir que es mejor estar gozoso, o caernos, o que el orar en lenguas, o profetizar.
Lo que realmente importa es recibir esta presencia como una promesa hecha realidad en nuestras vidas, ese gran regalo inmerecido, el cual no es un premio que se puede emplear para nuestro provecho.
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Cuando un creyente no tiene la misma manifestación que otro, no es una señal de que no ha sido bautizado en el Espíritu.
El hablar en lenguas es una evidencia del bautismo del Espíritu Santo, pero esta no es la única evidencia. El Espíritu Santo es bueno para nosotros y él se manifestará de acuerdo a su voluntad.
Si usted anhela recibir la llenura del Espíritu Santo, tienes que pedírselo a Dios, como dice en Lucas 11: 9-13: “Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?”. Así pues, ora con confianza, deseando que Dios toque tu corazón sabiendo que te responderá.
No podemos olvidar que el Espíritu Santo es una promesa de nuestro Señor y es para todos aquellos que han recibido a Jesucristo y son parte de la familia del Señor. Así es que ora, pide, toca y llama que Dios te responderá.
Fuente Biblia Todo Noticia