Con la llegada de Halloween, muchas personas se preparan para una celebración de la cual a menudo desconocen el motivo o los símbolos utilizados durante las vacaciones.
Uno de los símbolos más icónicos de Halloween es la famosa calabaza, pero pocos se preguntan por qué esta verdura se ha convertido en una tradición.
Según las leyendas, las calabazas talladas con expresiones aterradoras e iluminadas sirven para alejar a los espíritus malignos que parecen merodear en esta época del año. La historia detrás de esta tradición tiene sus raíces en Irlanda, aunque es algo vaga.
Sin embargo, algunos argumentan que la calabaza como símbolo pertenece a un principado demoníaco, y esto lo afirma John Ramírez, un ex satanista que ahora es evangelista. Según Ramírez, quienes utilizan esta figura a menudo están asociados con la Santería, una religión cubana también conocida como “Santos” o “Path”, que fue fundada por los pueblos esclavizados de África Occidental y es más conocida en Brasil como Umbanda o Candomblé. Ramírez sugiere que la calabaza es una especie de transfiguración de un personaje bíblico, Jezabel.
Para aquellos que no ven problemas en participar en las festividades de Halloween, el evangelista advierte que esto podría ser una característica de un creyente poco comprometido.
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Además, Ramírez sostiene que no hay un lugar seguro para que los niños celebren Halloween, ya que no se debería considerar la idea de involucrarse con los aspectos satánicos de la festividad.
Según el ex satanista, incluso los dulces consumidos durante Halloween pueden estar consagrados de manera negativa. Afirma que estos dulces a menudo son objeto de “oraciones” por parte de adoradores del diablo, personas que no buscan el bienestar de los niños.
Ramírez critica a los pastores que no advierten sobre la supuesta actividad demoníaca en la iglesia y los acusa de encubrir esta actividad satánica.
Advierte que aquellos que permiten este tipo de comportamiento en la iglesia están poniendo en peligro su liderazgo y están trayendo cosas malas a la iglesia al permitir que se abran puertas enemigas que pueden afectar sus vidas y las de sus hijos.
El evangelista concluye instando a los niños cristianos a “alimentar almas” en lugar de recibir dulces en las celebraciones de Halloween.
Fuente: Guíame