Un chico de 12 años de edad destroza por completo la junta escolar de Massachusetts luego que lo enviaran a su casa como castigo por llevar una franela que decía lo siguiente: “Solo hay 2 géneros”.
A su vez, el niño explica que su escuela está llena de banderas y carteles del orgullo y él no dice nada, sin embargo, el tener puesta la franela de un momento a otro capto la atención de todos.
Por otra parte, él asegura que los adultos muchas veces no toman las mejores decisiones y de hecho están quebrantando sus derechos consagrados, tal como lo dice la Primera Enmienda de la constitución.
A continuación el discurso completo del chico: “Quiero agradecerles al 7th y 10th grado y a Nichols Middels School por darme la oportunidad de poder hablar con ustedes.
Jamás me hubiera imaginado que la franela que tenía puesta en la escuela me llevaría a hablar con ustedes.Fui sacado de la clase de gimnasia y me sentaron al lado de 2 adultos, lo que termino siendo una charla realmente horrorosa y desagradable, ellos me decían que las personas se estaban quejando por el mensaje que tenía mi franela y que eso hacía que los alumnos se sintieran inseguros.
No sabía que una franela los haría sentir inseguros, me dijeron que no estaba en problemas, sin embargo, yo sentía como si lo estuviera.
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Luego de unos minutos me dijeron que me sacara la franela antes de entrar a clases y cuando les dije amablemente que no lo haría llamarón a mi padre y afortunadamente mi padre apoyo mi decisión y me paso a buscar, ya que para el no estaba diciendo nada amenazante sino una declaración de lo que creía.
Pero las otras personas pensaban que mi declaración era amenazante para estar en una clase y que la clase debe estar protegida. ¿Lo que me llevo a preguntarme son más importantes sus sentimientos que mis derechos? Yo no me quejo cuando veo banderas de orgullo y carteles de diversidad por toda la escuela.
Yo creo que todas las personas tienen derecho a tener sus propias creencias, así como yo tengo las mías. Ni una persona, staff o alumno me avisaron que estaban incómodos por lo que tenía puesto todo lo contrario, muchos chicos se acercaron a decirme que apoyaban mi convicción y que también querían una.
Inclusive experimenté que la franela no era una irrupción en el aprendizaje porque ni una persona se levantó ni violento la clase y tampoco se pusieron a llorar igual si hubiera pasado algo me habría dado cuenta.
Yo todos los días vivo, irrupciones en mi aprendizaje, los chicos salen de clases, pero nadie hace que las reglas se cumplan. Es más, siento que los adultos me demostraran que está mal tener opiniones diferentes y para mi opinión sus argumentos son débiles.
No asisto a la escuela a herir los sentimientos de nadie o a causar problemas, pero con esta experiencia aprendí que hay otras personas que creen lo mismo que yo y que los adultos no siempre hacen lo correcto o eligen las mejores decisiones.
Además, sé que tengo el derecho de usar la franela que desee, puesto que a mi edad ya tengo mis propias decisiones y poseo todo el derecho de expresarlas. Sin olvidar que en la escuela este derecho se llama la Primera Enmienda de la Constitución”.