Una familia y una enfermera hace ya más de 40 años no se rindieron con un bebe que había nacido sin cerebro. Cuando llegaron, los doctores aseguraron que no había posibilidad de que el infante pudiera sobrevivir, batallando en oración y sin dejar de creer en Dios que haría un gran milagro.
Jacob Phillips el niño sin cerebro, actualmente cuenta con 44 años de edad y es un evangelista que ha utilizado su increíble testimonio para guiar a otras personas a los pies de Cristo. Phillips que nació el 12 de diciembre de 1977 en Luisiana, Estados Unidos, tenía un “triple problema”.
The Epoch Times explico que: “Jacob padecía de hidrocefalia mejor conocida como agua en el cerebro, además de una formación parcial del cráneo, es decir, que solo contaba con un pedazo de cráneo y sin cerebro. Mi tronco cerebral fue lo que me mantuvo con vida. Los médicos le dijeron a sus padres que no sobreviviría, lo habían sentenciado a una muerte instantánea.
Sin embargo, ese día en la habitación de la madre de Phillips estaban sus familiares y creyentes de la iglesia de sus abuelos que estaban intercediendo por la vida del bebe, completamente seguros que el Señor haría un milagro. Mi abuela le dijo al médico que no moriría porque él no sabía lo que su Dios estaba por hacer”.
Susie la enfermera cristiana que cuidaba a la madre del bebe, llamo rápidamente a su pastor para que hicieran una oración por el pequeño. Los abuelos se contactaron con su líder que llego rápidamente al hospital acompañado de otro ministro. “Los hombres se apersonaron al hospital para orar por mí. Dios me dio un cerebro gracias a las oraciones de estos 3 predicadores”, relataba Phillips.
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Susie decía lo siguiente: “Me acuerdo claramente del bebe sin cerebro, el neurocirujano lo tildo de vegetal, él estaba enojado porque el pequeño tenía mucho líquido en su cabeza y por ende los doctores no estaban seguros si la cirugía pudiera ayudar en algo. En ese entonces, Jacob tenía 3 años cuando su madre lo trajo. Llore como nunca, pero estoy agradecida con Dios por haberme dado la oportunidad de ver su poder y majestad”.
Habían orado tanto por Jacob que al salir de la cirugía a la semana de nacido y de corregir su hidrocefalia. Los cirujanos construyeron un cráneo nuevo empleando injertos óseos y con la ayuda del Señor el infante pudo sobrevivir.
Luego de 25 cirugías a lo largo de toda su vida, Phillips está inmensamente agradecido con Dios por haberle salvado la vida. “Toda la gloria para el Señor, porque gracias a Él estoy vivo, quiero tener una relación más íntima con Dios, ya que Él me dio lo que tanto necesitaba”, resalto Jacob.
Hoy en día está felizmente casado con Charlene y juntos son evangelistas. Viajan por todo EE. UU. para compartir la palabra de Dios y contento de relatar su poderoso testimonio sobre la bondad del Señor. Phillips escribió un libro donde plasmo su testimonio de curación. “Quiero que todos conozcan mi historia y decirles que Dios sigue haciendo milagros y que a su vez quiere hacer algo en la vida de los demás también”, concluyo.
Fuente: Guíame